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ARTAJONA

Artajona

Desde la distancia reconocemos Artajona por su «Cerco medieval», recortando el cielo en almenas y torres, coronando el cerro desde el que desciende el caserío hasta el llano. La construcción de El Cerco iniciada en el siglo XI, culmina en el siglo XIII, fecha en la que se comienza la construcción de la Iglesia de San Saturnino. En su portada conserva representaciones de San Saturnino y la reina Juana de Navarra y su esposo Felipe el Hermoso de Francia.

Descendiendo por estrechas y empinadas callejuelas, que nos transportan a la época medieval en la que fueron originadas, encontramos regias casas blasonadas.

Preside el conjunto la Iglesia de San Pedro, construcción gótica muy reformada en siglos posteriores (XVII y XIX). En la sacristía se custodia un magnífico tríptico flamenco de la Epifanía.

Reminiscencia de esta época medieval es la devoción que se tiene a la talla gótica de Nuestra Señora de Jerusalén traída de Tierra Santa por Saturnino Lasterra al regreso de las Cruzadas. Esta pequeñísima figura en cobre esmaltado, ejemplar único en su género dentro de la orfebrería navarra, se halla en la Basílica que lleva su nombre situada a las afueras de la villa.

Los restos del poblado neolítico de Farangortea y los cercanos dólmenes megalíticos del Portillo de Enériz y de La Mina, nos recuerdan que Artajona estuvo poblada desde antiguo. El poblado de El Dorre, al norte de Artajona, evidencia una ocupación continuada desde la Edad del Hierro hasta época romana.

La economía artajonesa esta ligada históricamente a la agricultura, y en la actualidad, juega un papel muy importante la ganadería.