Usamos cookies propias y de terceros para mejorar su experiencia como usuario. Al hacer clic en cualquier enlace de este sitio web usted nos está dando su consentimiento para la instalación de las mismas en su navegador.
Más información

Historia del Ayuntamiento

OLITE CABEZA DE MERINDAD

MerindadesHistóricamente Navarra ha estado dividida en 5 merindades: Pamplona las Montañas, Tudela, Estella, Sangüesa y Olite, y las Tierras de Ultrapuertos o Baja Navarra.

Creada el 18 de abril de 1407 por Carlos III el Noble, Olite es la única Cabeza de Merindad que tiene un acta institucional de creación. Se constituyó con territorios y villas pertenecientes anteriormente a las merindades de Sangüesa, de Estella y de la Ribera.

La razón de la creación de la merindad radica en la identificación del monarca Carlos III con la villa de Olite y sus gentes, aquí pasó buena parte de su vida, pero fundamentalmente por una mejora organizativa del reino dirigida a una mejor gestión de los recursos y «mejor gobierno».

«Carlos, por la gracia de Dios, rey de Navarra, duque de Nemours, a todos cuantos las presentes letras verán e oirán, salud. Hacemos saber que nos por algunas consideraciones, causas y razones que a esto nos han movido, hemos querido y ordenado que nuestra villa de Olite haya de ser cabeza de Merindad y haya de haber de aquí en adelante y a perpetuo merino y recibidor en la dicha merindad…»
Rúa de merino

Las merindades constituían circunscripciones territoriales encomendadas a un merino, principal figura delegada de los monarcas. El merino cumplía importantes funciones: tenía competencias fiscales, exigía el cumplimiento de las «labores» y servicios personales, tenía a su cargo el orden público, la seguridad de las fronteras, percibía las multas, ejecutaba las confiscaciones y embargos y, en general, representaba al rey y defendía sus derechos en todos los órdenes.

Protegía y cuidaba el buen desarrollo de las reuniones públicas autorizadas (ferias, romerías, reuniones de Cortes), establecía treguas entre banderías o pueblos enemistados, etc.

Frecuentemente, la labor del merino chocaba con las competencias municipales, con la autonomía que tan celosamente defendían las villas.

En la Edad Moderna se mantuvo la división administrativa de las merindades, el merino mantenía sus funciones, pero al mismo tiempo se vio reforzado el protagonismo de las cabezas de Merindad en una administración cada vez más compleja.

Acta constituyenteLos libros de actas y la rica documentación del Archivo Municipal nos testimonian ese protagonismo, unas veces unido a un valor simbólico de representación y categoría política y al mismo tiempo con la ejercitación de competencias de gran contenido.

Olite fue uno de los puntales de las buenas villas desde su puesta en funcionamiento en el siglo XIII, así como en su papel representativo en las Cortes del reino por el brazo de las universidades, papel que se vio reforzado con la concesión del título de Cabeza de Merindad. Olite ocupaba un puesto preferente después de Pamplona, Estella. Tudela y Sangüesa.

Gran relevancia adquirían la celebración de los acontecimientos regios: nacimientos, defunciones, matrimonios y en especial las aclamaciones de los monarcas con un gran aparato fastuoso y la participación de todos los pueblos de la Merindad.

La Cabeza de Merindad era sede de las reuniones de los pueblos que la componían, centro receptor y difusor a los pueblos merindanos mediante «vereda» de oficios, mandatos, decretos emanados desde el Consejo Real: precauciones ante la peste, reparto de aportaciones económicas y personales, datos estadísticos, económicos, etc.

La cabeza de Merindad también ostentaba el privilegio de examinar en la obtención de los títulos de maestros en los diversos oficios: carpinteros, confiteros, cereros, alpargateros, etc.

A lo largo del siglo XIX las merindades van perdiendo competencias asumidas por la administración foral.

Uno de los últimos testimonios de ser de la Merindad fue la representación política por merindades en las elecciones de 1979. En la actualidad el papel que desempeña no pasa de ser el de una mera circunscripción administrativa, evocadora de tiempos pasados.

El espacio geográfico ha permanecido el mismo desde su creación. En 1630 Tafalla recibió el título de ciudad por el monarca Felipe IV, al mismo tiempo que consiguió desligarse de la dependencia de Olite como Cabeza de Merindad. Se constituyó en ciudad «exenta», recibía directamente todo tipo de oficios, aunque para otros efectos constaba en la jurisdicción y participaba en las juntas y representación de la Merindad.

En la actualidad la Merindad está formada por Olite (cabe¬za de Merindad), Tafalla (cabeza del Partido Judicial), Artajona, Barásoain, Beire, Berbinzana, Caparroso, Falces, Funes, Garí¬noain, Larraga, Leoz (Amatriáin, Amunarrizqueta, Artariáin, Be¬negorri, Bézquiz, lracheta, Leoz, Maquirriáin, Olleta, Sansomáin, Uzquita), Marcilla, Mendigorría, Milagro, Miranda de Arga, Mu¬rillo el Cuende (Rada, Traibue¬nas), Murillo el Fruto, Olóriz (Ba¬riáin, Echagüe, Mendívil, Olóriz, Oricin, Solchaga, Eristáin, Lepu¬záin), Orísoain, Peralta, Pitillas, Pueyo, San Martín de Unx, San¬soain, Santacara, Ujué y Unzué.

Durante el año 2007 se celebraron diversos actos institucionales y culturales para conmemorar el VI Centenario de la Institución de la Merindad de Olite por el monarca Carlos III el Noble en 1407.

OLITE Y LOS MONARCAS

Durante el medievo Olite fue una de las sedes reales predilectas y más frecuentada por los monarcas navarros, convirtiendo a la villa en protagonista de una intensa actividad económica, política y social. Los monarcas convocaron en numerosas ocasiones reuniones a Cortes del Reino, apoyaron la realización de obras civiles y religiosas y concedieron diversos privilegios.

García RamírezA García Ramírez se le debe el gran impulso repoblador gracias a la concesión del Fuero de los francos de Estella en 1147. Un siglo después la villa llegó a tener más de 1.000 fuegos (unos 5.000 habitantes), número similar al de Estella, solamente superado por Pamplona y Tudela.

Fuero de San Martín de Estella:

«En el nombre de Dios y de su divina clemencia Padre Hijo y Espíritu Santo. Yo García por la gracia de Dios rey de Pamplona hago esta carta valedera perpetuamente a vosotros mis pobladores de Olite. Me place con ánimo libre y espontánea voluntad por el amor de Dios y de las almas de mis parientes y por los servicios que me hicisteis y hacéis cada día os doy tal fuero cual tienen aquellos mis francos de Estella a vosotros y a vuestros hijos y a toda vuestra generación o posteridad por todos los siglos. Y el villano de mi tierra o infanzón de abarca que viniera a poblar Olite tenga sus casas y su heredad salvas de retro y de a su señor su fonsadera, y la petición de la cebada como debe por fuero.

Y todos aquellos pobladores que poblaren Olite tengan tal fuero como lo tienen aquellos francos de Estella, y el que hiciera alguna cosa en contrario a mis pobladores de Olite así como está escrito arriba pechará en 80 sueldos y perderá mi gracia. Y además de aquel término de Olite que os di tendréis término para trabajar mis pobladores de Olite en mi realengo hasta Santa María de Berbinzana y hasta aquella mata de arto y hasta Santa Cara y con el agua de aquella sierra de San Martín y Tafalla que viene contra Olite. Y cuanto podáis trabajar en estos términos que os di en yermo tendréis todo salvo según nuestra propia voluntad vosotros y vuestros hijos y toda la generación vuestra por todos los siglos según la carta (el fuero) dado a la villa que llama Estella. Era 1185.

Reinante yo por la gracia de Dios rey en Pamplona y Alaba y en Bizcaya y en Guipúzcoa. (y siendo) Obispo Miguel en Tarazona. Obispo Lupo en Pamplona. (Gobernando) Rodrigo de Azagra en Estella. Semen Azanárez en Tafalla. Guillen Aznárez en Sangüesa. Martín de Leet en Peralta. Martín Sanz en Falces. Rodrigo Abarca en Funes y en Valtierra. Ramiro Garcez que hizo hacer en esta población y en Santa María de Uxua y en Olite.»

Teobaldo IITeobaldo II, desde Saint Denis, concedió quince días de feria anual en 1266, como las tienen los burgueses de Estella, empezando el 1 de mayo. La concesión de ferias y mercado era un privilegio muy importante para los monarcas y para el desarrollo de las villas.

Carlos III «el Noble» fue el gran «mecenas» de Olite y además del legado monumental con la construcción del Palacio Real, dejó impresa su predilección con la creación de la Merindad de Olite en 1407, convirtiéndose la villa en capital de una de las grandes circunscripciones de gobierno de la monarquía.

La creación de la Merindad y nombramiento de Olite como cabeza de la misma tuvo lugar el 16 de abril de 1407 en Estella.

«El rey hace saber que había decidido que la villa de Olite fuese en adelante cabeza de merindad, con su propio recibidor perpetuo, alcanzando su jurisdicción a Mendigorría, Larraga, Carlos IIIBerbinzana, Miranda, Falces, Peralta, Funes, Miraglo, Villanueva, Marcilla y Caparroso; de aquí, «segun taia el rio d’Aragon» hasta Olite, Murillo el Fruto, San Martín de Unx, Val de Leoz, Valdorba, El Puyo, Artaxona y Tafalla, junto con las otras villas y lugares «que son dentro de la dicha limitación». Nombra para el cargo de recibidor a Johan Périz de Tafailla, después de prestar juramento, ordenando a los sargentos de armas, porteros, merinos, sozmerinos, bailes, prebostes y otros oficiales que lo tengan en cuenta.»

En la Edad Moderna el rey Felipe VI (IV de España) le concedió el título de ciudad en 1630. Pamplona y Tudela son las ciudades históricas, Estella obtuvo el título en 1483, el mismo año que Olite lo consiguieron Corella y Viana y posteriormente lo conseguirían Cascante en 1633, Tafalla en 1636 y Sangüesa en 1665.

Concesión de título de ciudad a Olite. Cédula real de Felipe IV.

Felipe IV«Don Felipe por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de León, de Navarra, … al Serenísimo Príncipe Don Baltasar … Infantes, Duques, Prelados, etc., al nuestro Virrey y Capitán General de nuestro Reino de Navarra … Sabed que teniendo consideración a los muchos, buenos y leales servicios que el Alcalde, Regimiento, Caballeros, Escuderos, oficiales y buenos hombres de la villa de Olite en el dicho nuestro Reino de Navarra ha hecho a los señores Reyes nuestros progenitores y a mí; y a que habiendo el Licenciado Don García de Abellaneda y Aro, Conde de Castrillo, de mi Consejo y Cámara representado en mi nombre a dicha villa, el estado de mi Real hacienda y las grandes, forzosas e inexcusables ocasiones de guerra que tengo en Italia y otras partes, ha ofrecido servirme con Quince mil quinientos ducados en plata doble, pagados a ciertos plazos, de que otorgaron escritura que queda en poder de Juan Cortés de la Cruz …

Teniendo consideración a su antigüedad y que es cabeza de Merindad, habemos tenido y tenemos por bien de la hacer e intitular, como por la presente lo hacemos e intitulamos «Ciudad»; para que de aquí en adelante lo sea y se llame así; y goce y tenga por ello precedencia a las villas y lugares de nuestro Reino de Navarra en las Cortes y Juntas que se celebren y hacen en él. Y encargamos al Serenísimo Príncipe y mandamos a todos… que la ayais y tengáis por tal y la llaméis «Ciudad», así por escrito como de palabra, y la guardéis y le hagáis guardar todas las honras, gracias, mercedes, franquezas, libertades, exenciones, preeminencias, prerrogativas e inmunidades y todas las otras cosas, que por razón de ser «Ciudad» debe e haber y gozar y la deben ser guardadas; todo bien y cumplidamente; con tanto que por esto no sea visto, quedar reservada de pagar por entero lo que le toca y se la repartiere de cuarteles y alcabalas, ni se haga novedad por ello, porque lo ha de pagar según y de la manera que lo ha pagado hasta aquí… Dada en Madrid a veintiocho de febrero de mil seiscientos treinta años. »

«Yo el Rey».