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ERMITA DE SANTA BRÍGIDA

HISTORIA

Ermita de Santa Brígida

Desconocemos el momento en que se erigió la ermita y el motivo de la advocación a Santa Brígida. El documento más antiguo que la cita es un testamento del archivo de San Pedro de 1283, en el que María Lópiz Çuria deja unas mandas para la ermita.

La devoción a la santa irlandesa puede asociarse a la influencia de peregrinos a Santiago. Desde sus orígenes el culto en la ermita a Santa Brígida está muy unido al de Santa Quiteria. Ambas devociones constan ya entre los votos del Concejo de 1319 y se confirman en las Ordenanzas de 1412. Votos por los que el Concejo de Olite «debe hacer caridad y guardar fiesta, con la obligación de dar de comer a trece pobres».

En los siglos XIII y XIV al cuidado de la ermita estaba una «seror» (mujer piadosa). Las Ordenanzas concejiles de 1412 recogen que en la ermita de Santa Brígida «debe ser mantenida una seror reclusa que continuamente ruegue a Dios por la vida y salud de todas las gentes que viven y moran en el presente y en adelante en la dicha villa, la cual debe ser mantenida a expensas del Concejo y además debe mantener en dicha iglesia una capellanía perpetua».

La reina doña Blanca (1425-1441), hija de Carlos III, acudió en numerosas ocasiones a la ermita favoreciéndola y nombrando tres ermitaños, que fueron puestos por la reina «por devoción a dicha santa» y les dotó de una limosna anual de 10 cahíces de trigo y 30 libras. Algunos documentos hablan de dos puercos o su valor.

El Archivo Municipal nos aporta los nombramientos de los ermitaños, algunos percances acaecidos con los mismos y las vicisitudes por las que ha pasado la única ermita que ha perdurado en pie de las siete que había repartidas en el término municipal: San Lázaro, San Miguel del Monte, San Cibrián, Santa Águeda (Ágata), San Blas y San José.

De los ermitaños se dice que «tendrá cuidado expreso de rogar por la salud de todo el pueblo y para que se guarden los frutos de la tierra. También deberá desconjurar las nubes en los tiempos debidos».

En 1808, durante la guerra de la Independencia, la ermita fue parcialmente destruida y reconstruida en 1817″ a cargo de las dos primicias parroquiales como se ha acostumbrado». Eran patronos de la ermita el Concejo y el Cabildo.

Otro aspecto reseñable de su historia es su utilización como lazareto en las pestes de 1596, 1599, 1821 y 1885 (el cólera). En los lazaretos, ubicados fuera de las poblaciones, se recluía a personas afectadas o a forasteros, mientras durase la peste.

SANTA BRÍGIDA

Santa Brígida

Santa Brígida (C. 452-c, 525) es copatrona de Irlanda junto a San Patricio, y fue, probablemente, la reformadora del monasterio de Kildare, centro de cultura y evangelización de Irlanda.

El cristianismo entró en el alma irlandesa con la misma naturalidad y sencillez con que los mitos celtas se fundieron con los de la nueva fe, así Bride o Brigit, que proveía la fertilidad de la tierra, se convirtió en Santa Brígida de Kildare, madre adoptiva de Jesús y comadrona de María.

El santoral cristiano nos dice que Brígida fue una doncella virtuosa y de extrema belleza, que ante las presiones de su padre, y del demonio, para contraer matrimonio, y su inclinación a servir a Dios, le rogó que le afeara el rostro. Así, perdió súbitamente un ojo, y con él la hermosura cautivadora. Nadie la pretendió por esposa, su único esposo era Jesús, el cual le devolvió el ojo y la hermosura del rostro en el momento de hacer la profesión religiosa en el convento de Kildare. Se le atribuyen numerosos milagros.

LA ERMITA

La iglesia se ajusta a modelos protogóticos de hacia 1200 y consta de una nave de tres tramos desiguales y amplio crucero que hace de capilla mayor. La cubierta consiste en una techumbre a dos aguas sobre potente arco apuntado en los tramos de los pies a los que sigue otro tramo de bóveda de medio cañón apuntado entre fuertes fajones. La cubierta de la cabecera consiste en una crucería simple formada por robustos nervios prismáticos en su parte central y sendos cañones apuntados en los laterales. Esta cubierta apoya en medias columnas adosadas con capiteles lisos decorados con piñas en los ángulos, salvo en el muro frontal del ábside que presenta simples capiteles sobre ménsulas decoradas con cabezas muy esquemáticas.

EL RETABLO E IMÁGENES

El retablo barroco de finales del siglo XVII alberga la imagen sedente de Santa Brígida del segundo tercio del siglo XVI. La santa está cubierta con manto y toca y en una mano lleva un libro abierto y en la otra cruz patriarcal. El nicho superior albergaba una talla gótica de Santa Apolonia.

Había dos altares laterales dedicados a Santa Quiteria y a San Marcial. En el Ayuntamiento se conserva una pequeña talla de San Marcial del primer tercio del XVI. En 1979 fueron robadas las imágenes de Santa Apolonia y de Santa Quiteria.

PINTURAS MURALES

La bóveda y muros de la ermita están recubiertos por pinturas murales al temple, posiblemente del siglo XIV, de estilo francogótico, en buena parte ocultas por una capa de yeso, aplicada por medidas sanitarias en relación a su uso como lazareto.

En los fragmentos de pintura visibles se reconoce la Entrada Triunfal en Jerusalén, el Calvario y las tres Marías con los vasos de perfumes.

Es obra tosca realizada posiblemente por un artista local que manifiesta en algunos detalles la presencia de rasgos arcaizantes, todo lo cual confiere a estas pinturas un aire ingenuo y popular.

Las pinturas fueron recubiertas por una capa de yeso, practicando en ellas un repicado para que agarrara, de ahí el estado de deterioro que presentan actualmente además del deterioro causado por la humedad y, en cierta medida, el abandono en que se encuentran.

Es necesaria una urgente actuación global sobre la ermita y la restauración de las pinturas, para asegurar su conservación y devolverle el colorido y vistosidad original.

LA ROMERÍA

El origen de la romería se remonta a la Edad Media y está en relación a los votos realizados por el Concejo o Ayuntamiento. Los olitenses peregrinaban a Santa Brígida en cuatro ocasiones:

  • El día 1 de febrero, festividad de Santa Brígida.
  • La víspera de San Marcos, en que se celebraba una misa por el voto llamado «de las langostas».
  • El martes después de la Ascensión, en que se iba de rogativas.
  • El 22 de mayo, festividad de Santa Quiteria.

En el siglo XVIII se suprimieron la del 1 de febrero y la llamada «misa de las langostas», y desde mediados del siglo XIX solamente prevaleció la del día de la titular, Santa Quiteria, en cuya romería se honra a Santa Brígida.

Era costumbre que el Cabildo eclesiástico invitara al Ayuntamiento en el martes después de la Ascensión y éste lo hiciera el 22 de mayo. En la actualidad se celebra la romería el sábado más cercano al 22 de mayo, con misa en el patio de la ermita, bendición de los campos y reparto de un panecillo. La música, la comida y el buen ambiente se prolonga durante todo el día.