Al igual que numerosos pueblos de toda la península, Olite también conserva viva la leyenda que habla de la existencia de galerías que recorren el subsuelo urbano. Galerías por las que se podía cabalgar de a dos a caballo y que forman parte de ese mundo de leyenda, asociadas a pasadizos secretos, salidas del Palacio Real, o formando parte de ese proyecto de ensueño de Carlos III el Noble que quiso unir los palacios de Olite y Tafalla mediante galerías subterráneas.

Como en otros muchos casos la leyenda se compagina con la realidad. Las galerías son reales, podemos visitarlas y pasearnos por ellas. Son cinco, están situadas frente a los portales de acceso a la ciudad y coinciden con los antiguos puentes que salvaban los fosos. Lo correcto es hablar de puentes, más que de galerías.

La principal se encuentra en la plaza Carlos III y ha sido saneada y abierta al público en 1987, y la más veterana, junto al portal de San Francisco, ha cumplido la misión de envejecer excelentes tintos durante el siglo pasado. Similares galerías han salido a la luz en la realización de obras de saneamiento llevadas a cabo en el Portal de Tudela en 1998 y se han recuperado integrándolas en la urbanización del lugar. Restos de las galerías del portal de Falces salieron en las obras de la carretera y obras de saneamiento mostraron restos de las galerías junto al portal del Fenero.

Su construcción puede datarse en la segunda mitad del siglo XIII, época de mayor auge económico y demográfico de Olite. Con el aumento de población, superó los 5.000 habitantes, la villa rebasó el cerco existente desde época romana, el «Cerdo de Dentro» y se expande en un nuevo recinto amurallado «el Cerquo de Fuera».

En la Edad Moderna perdieron su función defensiva y se cegaron los fosos que rodeaban la ciudad. Solamente han perdurado íntegros los puentes de la plaza y los del portal de Tafalla, y parte de los puentes del portal de Tudela.

Galerías de la plaza

Las galerías de la plaza se corresponden con los puentes del portal sur del primitivo «Cerquo de Dentro». Al crecer la villa en el siglo XIII pierden su función defensiva pero se les dio una utilidad como taller de cantería, mercado, etc, alargándolas hasta los 50 metros.

Hoy tienen un uso de museo y galería de exposiciones. Son dos galerías paralelas construidas en piedra de sillería unidas por un muro común. El estado de conservación es muy bueno y sorprende la solidez y calidad de su construcción. Arcos fajones muy poderosos sostienen la bóveda de cañón que cubre la galería en todo su recorrido. La longitud de las galerías es de 50 metros y presenta dos anchuras: 5 metros en los 4 primeros tramos del Oeste y alrededor de 3,50 en los 9 tramos del Este.

Entre 1986 y 1987 se llevaron a cabo obras de recuperación, basadas en el vaciado de las mismas, consolidación de sus cimientos, saneamiento e impermeabilización. El tratamiento dado en las obras de recuperación presenta soluciones originales en materiales y formas respetando en todo la construcción medieval en piedra. Suelo de mármol negro con cantos de río junto a las paredes, pies exentos para la iluminación, cemento y estructuras metálicas en los accesos. Todo ello en armonía con la urbanización exterior de la plaza.

Hoy tienen un uso de museo y galería de exposiciones.