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RECINTO AMURALLADO ROMANO

Recinto romano

Olite conserva el recinto amurallado romano más completo y mejor conservado de Navarra.

Es una construcción del siglo I, de planta trapezoidal, situada en una pequeña elevación en el sector septentrional de la ciudad. En su estado original poseía 20 torres con sus respectivos lienzos y dos accesos de entrada situados al norte y al sur. En la actualidad se conserva casi íntegra la configuración original, restos de 12 torres y algún pequeño lienzo de muralla. Su perímetro es de 600 metros, con una capacidad cercana a las 2 hectáreas. Presenta sillares de labra almohadillada.

En el lado Norte, el más corto (80 metros), se encontraba uno de los dos portales de acceso (portal de San Francisco siglo XVII). No se conservan elementos de época.

En el sector occidental (150 metros) se conservan tres de las cuatro torres, aunque una de ellas, la meridional, reconstruida a mediados del siglo pasado.

Inscripción - Recinto romano Sillares almohadillados

El sector meridional, el más largo (250 metros), recorría la actual plaza Carlos III y ahí se encontraba la otra puerta de acceso, hoy portal del Reloj y torre del Chapitel, conservándose adosado un hermoso lienzo de sillares almohadillados. En el interior de la casa número 3 de la plaza se localiza un cubo de torre que mantiene la estructura en buen estado hasta los 10 metros siendo además el único fragmento de muralla que conserva su grosor original de 2,5 metros. Este lado acaba en la torre de la iglesia de Santa María conservándose el nivel inferior de sillares almohadillados.

Torre romana

En el sector oriental (160 metros) se levanta el Praetorium o fortaleza, enmarcada por cuatro torres que sobresalen. Se conserva original las primeras hiladas de sillares de las cuatro torres, lo que confirma su forma primitiva. Fue reutilizado en época visigoda y como Palacio Real por los monarcas navarros a partir del siglo XII. En el interior de la vivienda número 11 de la rúa de la Judería se conserva el ángulo interior de otra torre, de la que se observa el «calzo» de cimentación.

La unión de los sillares es a canto seco, formando un aparejo en «opus quadratum»; gran parte de ellos tienen labra de almohadillado. Los sillares de mayor tamaño se sitúan en la parte baja y en los ángulos de las torres, dando así solidez y consistencia al muro.

Es muy posible la existencia de un camino de ronda que recorriera y comunicara las torres, como así parece atestiguarlo unas aberturas semejantes a puertas conservadas en las torres del sector occidental.

El «cardo máximo», o calle principal, recorría de norte a sur el recinto uniendo los portales de acceso (San Francisco y del Chapitel).

El recinto amurallado u «oppidum», desempeñaría una función defensiva de las vías de comunicación y en él se asentaría posiblemente una guarnición militar.

(Bibliografía) Carmen Jusué. «Recinto amurallado de la Ciudad de Olite». Institución Príncipe de Viana. Trabajos de Arqueología Navarra IV, Pamplona 1986, página 227.