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MENDIGORRÍA

Al amparo del río Arga, sobre una colina, crece Mendigorría. La alta torre barroca de la monumental iglesia de San Pedro da silueta al pueblo. La leyenda dice que fue construida con vino mezclado en su argamasa. No se mezcló, pero sí se pago su construcción con el buen vino que esta fructífera tierra roja de arcillas y areniscas produce.

La iglesia, de origen gótico renacentista, conserva una de las obras claves del romanismo navarro, su retablo mayor y otras ricas piezas como la sillería y el órgano rococó.

En lo alto de la villa, la iglesia de Santa María invita a conocer, además de los relieves flamencos de su retablo mayor, una excelente panorámica del paisaje ondulado de la Zona Media.

Descendiendo por sus calles nos sorprenden bellas casonas de los siglos XV al XIX, blasonadas con escudos barrocos o alguna construida aprovechando restos de los torreones de la muralla.

Cruzando el río sobre el Arga por el puente romano llegamos a la ciudad romana de Andelos, uno de los yacimientos más insignes de Navarra. De Andelos, poblada desde el siglo I a.C., conservamos estructuras urbanas, casas y un completo sistema de abastecimiento hidráulico.