Berbinzana surge y crece al amparo del río Arga que le otorga fertilidad a sus tierras, gran diversidad biológica en sus sotos y su carácter eminentemente agrícola. No en vano, se erige como una de las poblaciones promotoras del cultivo ecológico. Su estampa es la de su largo puente sobre el Arga, que a su paso forma uno de sus más bellos meandros.

Su pasado se remonta a la Edad del Hierro como atestigua el yacimiento musealizado de las Eretas, villa fortificada del siglo VI a.C. Su nombre latino (Vervinius o Vervetinus) y un miliario hallado en la localidad, revelan su posterior ocupación en época romana. Aunque es en época medieval cuando Berbinzana crece tras su donación al monasterio de Santa María de Nájera.

La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción se erige como centro del municipio. Ésta alberga la imagen sedente de la Virgen con el niño. Berbinzana es un municipio de cultura arraigada y fiel a sus tradiciones. Podrían escribirse páginas y páginas sobre Berbinzana y su larga historia, pero lo más interesante será perderse por sus calles y parajes en una jornada rural que nunca olvidaréis.